La Pardina en la que hoy buscamos a Pyrene tiene un curioso nombre: "Rompesacos" y se encuentra en el municipio de Villalangua (en el norte de la Comarca de la Hoya de Huesca, lindando con Jacetania ). Recuerdo que la primera vez que visité esta pardina, me crucé con dos corzos (creo) y una segunda vez fue un zorro el que salió a mi encuentro. Hoy la pardina se encuentra abandonada, y sólo las vacas la utilizan como refugio y pasto.
La Pardina Rompesacos está conformada por dos grupos de inmuebles. Uno de ellos, el más visual, incluye un antiguo edificio residencial con algunas construcciones auxiliares dedicadas al ganado y la agricultura en su momento, y donde destaca una bellísima y enorme chaminera sobre hogar. Esta chaminera es incluso más alta que el tejado a cuatro aguas de teja del edificio residencial. El otro grupo de inmuebles es claramente de uso ganadero y su estado es peor.
Del primer grupo (el residencial), destaca el edificio destinado a vivienda, que cuenta con dos grandes entradas, de tamaño suficiente para hacer entrar no sólo a personas sino también maquinaria o animales de trabajo.
Sobre la que podemos considerar puerta principal, destacan dos elementos. Una clave a punto de caer que fecha el edificio en 1906. En segundo lugar, los restos de lo que fue un balcón. Sobre la otra puerta grande, también restos de un balcón y una gran ventana. Es muy interesante la disposición de todos los vanos.
Pero si algo llama la atención, es la enorme chaminera sobre hogar. Es realmente altísima, sobre un edificio de base cuadrada. En un principio parece troncocónica, para después convertirse en cilíndrica. Está rematada por una bonita galería.
Desgraciadamente, en mi última visita (marzo de 2012) parte de la bellísima chaminera había caído, y da la impresión de que su condena es segura si no se actúa.
Del otro grupo de edificios, las techumbres cayeron hace tiempo. Son visibles los muros y los pilares que nos hablan de un gran complejo ganadero.
La Pardina Rompesacos es, todavía, digna de elogiar y observar. A pesar de que sus construcciones datan del siglo XIX y XX, Ricardo Mur cita como primera mención del "Monasterio de Rompesacos" en el año nada más y nada menos que 992. Si la correspondencia es correcta, la actual pardina podría ser la heredera de más de mil años de historia de Aragón.
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