viernes, 12 de septiembre de 2014

ASCENSIÓN A LA ESPATA, O CÓMO VIMOS EL TRAJE DE LA PRINCESA DE PYRENE


Tras mucho caminar y buscar a nuestra Princesa por los Valles de la Ribagorza y Sobrarbe, decidimos cambiar nuestra investigación en el Valle del Aragón, a la sombra vigilante de la Collarada, que emerge hasta sus más de 2800 metros de altura al lado de nuestro objetivo: la Espata, un pico muy característico visible desde Villanúa, algo más alejado de lo que parece, y que dispone de unas vistas impresionantes tanto al macizo de Collarada, como hacia el valle.


La Espata (la "espada" en aragonés) suma 2202 metros. Aunque dispone de varios accesos, nosotros optamos por subir desde el Refugio de la Espata, desde el "abrevadero" que conocen muchos montañeros de la zona. La ascensión es bonita, con alguna sorpresa en el camino, como veremos. Tuvimos buen tiempo, pero siempre con la amenaza de tormenta en la parte superior, lo cual nos obligó a utilizar nuestros chubasqueros en la cima.

Refugio de la Espata

Por el camino, fácil observar algún corzo (en la zona más baja), marmotas perezosas en alguna piedra soleada e incluso algún sarrio en la zona más alta. Lirios, vegetación de bosque (pinos de varios tipos) en la zona abierta de Valle, que poco a poco desaparecerá conforme tomamos altura.

Refugio viejo

Por el camino, los restos del antiguo refugio. Hoy en ruinas. Tras él, dirigiremos nuestra vista al collado que diferencia dos veredas clara. A la derecha, nuestro objetivo, las empinadas laderas de la Espata.

Subida al collado

Pero tras remontar las laderas, llega el momento de atacar la cima. Y aunque no es necesario (en verano) la utilización de material especial, sí que es verdad que hay que tener un poco de prudencia, buscar el acceso más fácil (la pista se pierde), y utilizar las manos además de las piernas en alguna zona concreta. Nosotros remontamos la cima bordeando la ladera por la zona alta que da hacia el este. Una vez llegados allí, y frente a algunos lugares protegidos en los que había evidencias de haber sido utilizados por sarrios, identificamos dos grietas que más o menos se habrían paso hacia la cima. La primera la descartamos porque nos pareció demasiado empinada, la piedra quebradiza y el viento. La segunda era más suave, aunque la inclinación era también importante (pero nada que no pueda salvarse utilizando manos y pies). En la subida, una piedra se desprendió y nos pasó cercana, y cayendo al vacío durante muchos metros (estuvimos un pequeño rato viendo cómo caía hasta que se detuvo).


Hito de hormigón previo a la cima
Remontado esta grieta, llegamos a lo que podemos denominar la cresta. Todo piedra, pero se puede andar bien. Divisamos desde donde estamos ya la cima muy cercana, casi a la misma altura en la que nos encontramos, pero primero hay que sobrepasar un último obstáculo, una bajada (sin problemas) de unos metros hasta llegar a un hito de hormigón que (seguramente) divide los términos de pastos, para volver a subir un poco hasta tocar la "espada" que corona la cima. Vaya viento!!
Una de las grietas vistas desde arriba. Al fondo,el collado

Collarada y Collaradeta

Una vez arriba, fuimos pacientes...nuestra cita se retrasaba un poco, pero estábamos seguros que cumpliría su compromiso y que llegaría. Así fue. Mientras descansábamos sentados sobre nuestras mochilas, oímos el sonido de las potentes alas de nuestro contacto. Era el gran buitre. Sus plumas de color pardo acariciaban el vacío. Su porte impresionante, y su tamaño casi amenazador.

En la cima, como es costumbre en nuestra familia, coronamos con nuestra bandera

Se posó junto a nosotros. Su mirada a veces esquiva, a veces desconfiada hacía aflorar los nervios.

- Disculpad el pequeño retraso. De camino hemos visto el cuerpo de una oveja. No llevaba muerta más de un día...- dijo con una voz ronca

Jaime (Chai) no pudo evitar cierto gesto de resquemor. Su hermano Chorche le explicó de forma pausada...

- Chai, la labor de los buitres es esencial. No son cazadores. Se alimentan de carroña, y aunque están mal vistos por la literatura a veces absurda de los hombres, lo cierto es que limpian totalmente las zonas de cadáveres. Imagínate qué pasaría si no fuera así. Habría un problema sanitario importante. No se podría cerrar el círculo que equilibra el medio...

Jaime, no pareció mostrarse muy convencido y, entre el tamaño del enorme buitre, sus ojos casi inquisitivos...y la alusión al cadáver de la pobre oveja...decidió colocarse detrás de mí, cediéndonos los honores de comunicación con nuestro invitado...

- Jajajajajajaja - bramó el buitre - Pequeño cachorro humano...cuánto daño han hecho los prejuicios...Aprenderás que en la naturaleza no hay nada oscuro, ni nada falso...Todos formamos parte de la misma unidad, cada uno con nuestra función, pero con respeto...¿Podéis decir lo mismo vosotros de vuestra "civilización"? - dijo con un tono burlón que exasperó aún más a Jaime...

- Buenos días gran buitre...Nos citamos contigo bajando del Valle de Chistau...Todos hemos sido puntuales y cumplidores con esta cita. Te lo agradecemos. Disculpa al pequeño Chai...tienes razón...los prejuicios de nuestra sociedad frente a determinados animales son mamados desde los cuentos infantiles.

- No tienes que disculparte padre humano. Tu cachorro pequeño es respetuoso con las montañas, y valiente. Pocos de su edad llegan hasta aquí - afirmó el gran buitre, provocando que Jaime se asomara (tras la seguridad del cuerpo de su padre) con cierta curiosidad, pero rebeldemente, sacando la lengua en signo de provocación.

- Jajajajajaja!! Es valiente tu cachorro.
- Ni te imaginas (dije con un tono entre la desesperación y la resignación).

Chorche tomó la palabra con seriedad y madurez:
- Dinos gran buitre, cómo puedes ayudarnos para encontrar a la Princesa Pyrene? Hemos rozado su presencia en numerosas ocasiones, pero juega con nosotros. Oímos su risa cariñosa siempre que se nos escapa. Es evidente que nos conoce, que sabe que venimos a conocerla y a rendir pleitesía...pero le gusta sentirse halagada. Nos pone la mermelada de frambuesa en los labios, y se nos escapa en el último momento...

- Pequeño Chorche - dijo el buitre - te has convertido ya en todo un hombre. Te pareces mucho a tu padre. Recuerdo la primera vez que te vi, en la cima de la Peña Oroel. Ibas en la mochila de tu padre, a su espalda. No te di ningún miedo, a pesar de que mi tamaño te quintuplicaba...Me alegro de verte choben Larraga.

Chorche asintió. Sin duda, recordaba (a pesar de su edad) el capítulo al que hacía referencia el gran buitre.

- Pyrene llega hoy aquí, a la cima de la Espata - concluyó el gran buitre con una tranquilidad pasmosa, frente a nuestra sorpresa.
- Cómo que viene hoy aquí? - Inquirió Chorche. No salíamos de nuestro asombro. Hasta Jaime salió de mi sombra para "enjarretarse" frente al gran buitre en señal de solicitud de más explicaciones.

- Has oído bien, choben Larraga, casi rugió el gran buitre, lo que hizo rectificar rápidamente a Jaime y volver con agilidad a la espalda protectora de su padre.
- Cuándo? preguntó Chorche casi con ansiedad...
Jaime y Chorche utilizando manos y pies
La respuesta del gran buitre fue enigmática mientras levantó sus enormes alas en claro mensaje de despedida...
- Cuándo?? Ya...Aquí está...
Se alzó majestuoso. En apenas dos segundos alcanzó una altura que solo la Collarada podía mirar desde arriba. De nuevo, el típico sonido del batir de sus alas contra el viento, llegó a nosotros, a la vez que una sonrisa socarrona se alejaba cada vez más y más...
El primero en reaccionar fue Chorche:
- Papá...mira!!
Una densa nube blanca nos comenzó a invadir desde el oeste...
- Pero...qué ocurre? - Acerté a preguntar
- Nos invade la niebla.

De forma repentina un halo color nieve y tremendamente denso nos invadió. Prácticamente no se veía más alla de dos o tres metros.
- Polares puestos y chubasqueros encima!! - Ordené con cierto nerviosismo. El cambio del tiempo había sido brutal...
- Esto no es normal papá...esto no es niebla...

Chorche tenía razón. No era niebla. El tacto de esa densa masa, no me atrevería a decir con seguridad que gaseosa, era tremendamente suave...y no era frío!!!

Jaime advirtió algo igualmente extraño: "...Escuchad!! El viento!! Ha cesado!! Pero entonces, qué es lo que se oye??..."
No sabía qué contestar. La luz se hizo totalmente blanca..."Poneos vuestras gafas de sol ya!!". Casi estábamos cegados por esa niebla, boira, nube...o lo que fuera que nos envolvía...Todo era luz...todo blanco...el sonido a la par que potente era acogedor...como la sensación de estar acariciando una prenda de seda...

- Mirad!!! Chorche levantó sus brazos hacia el cielo...Sobre nosotros, como si fuera el ojo de un huracán, veíamos el cielo tranquilo, azul...atravesado de lado por el gran buitre que nos gritó: "Os lo dije"
- Esto...esto no es niebla...-balbuceé- Esto es..
- Es Pyrene papá!! Es Pyrene!! - gritó Chorche...

Una voz aterciopelada, casi maternal...invadió al cima con su eco:
- Chorche, mi valiente Chorche!

Su potencia, a la vez que inmensa de amor, nos hizo caer de rodillas a Jaime y a mí...Chorche continuaba en su asombro señalando hacia el cielo...y entonces...entonces la vimos...sólo fue un segundo...un resplandor nos cegó...era la mirada de Pyrene que, juguetona se alzó para decirnos risueñamente: "...mis chicos...casi, casi..."...y de repente...todo desapareció...
Si hizo el silencio. Paró el viento. La sensación de suave caricia cesó. El sol volvió a calentar nuestros cuerpos. Comenzamos a sentir su calor. La Espata estaba allí...impertérrita. La Collarada y la Collaradeta nos miraban expectantes. Durante unos minutos, ninguno de los tres fuimos capaces de emitir palabra alguna. Inmóviles. Conscientes de que Pyrene, nuestra Princesa, nos había regalado por fin una de sus miradas, una de las caricias de su blanco manto. Oímos su cálida voz. Sentimos su cariño. Una sensación muy similar a la del enamoramiento invadió nuestros corazones. Todavía en silencio, nos miramos...sonreímos...sólo nos salió un abrazo espontáneo...Estábamos locos de contentos. Y plenamente decididos a continuar nuestra búsqueda de Pyrene.

Flor de nieu

Iniciamos el descenso orgullosos. Y de bajada, en las laderas de la Collarada y de la Espata, Chorche y Jaime descubrieron la clara confirmación de que, nuevamente, no había sido un sueño. Las flores de nieve invadían las zonas donde el vestido de novia de Pyrene había tocado el suelo...


martes, 26 de agosto de 2014

BASA DE LA MORA

Vista general de Basa de la Mora
Creo que, en todo este tiempo que llevamos buscando a Pyrene, nunca hemos estado tan cerca de encontrarla. Fue en el Valle de Chistau, entre Saravillo y Plan, allá donde asoma el que serguramente sea el ibón más bonito del Pirineo: el ibón de Basa de la Mora, o ibón de Plan. Sólo hay algo que le puede hacer competencia a esa belleza natural, y es la preciosa leyenda que rige su vida. Porque, no lo olvidéis, Basa de la Mora está encantado, y nosotros damos buena fé de ello.

Los alrededores, bosques de pino

  Sabíamos de la amistad de Pyrene con la princesa mora que regenta este hermoso lugar. Fue idea de Chorche, quien con buen criterio y tras nuestros fracasos reiterados en la búsqueda de nuestra Princesa, propuso acudir al amparo de la dueña de Basa de la Mora, su amiga desde hace siglos.

El ibón de Basa de la Mora se encuentra a casi 2000 metros de altitud. El ibón está escoltado por varias cimas con el nombre común de "Peña" y apellido diferente en función del momento del día "de las Diez", "de las Once" y "del Mediodía". Esta curiosa circunstancia aumenta si cabe más el carácter mágico de este ibón que podría definirse junto a los picos que lo protegen en un auténtico reloj natural.


Basa de la Mora, con la noche en ciernes, y en su esplendor de día
La leyenda de este hermoso ibón cuenta que, hace muchos siglos una bella princesa mora hastiada de los continuos enfrentamientos entre cristianos y musulmanes en el campo de batalla, huyó siguiendo su corazón a las montañas. Llegó a este ibón, cuya belleza tocó su alma. Y por eso, su alma quedó eternamente unida al mismo. Todas las noches de San Juan, la princesa mora sale de sus aguas bellamente adornada con joyas y regala una danza a todos aquellos limpios de corazón (los únicos que la pueden ver).


Nosotros acudimos a ella en agosto, a sabiendas de que no siendo la noche mágica antedicha, pudiera concedernos audiencia. Y así fue.

La explotación de ganado vacuno.
Solicitamos su presencia a través de dos jóvenes corzos que nos encontramos por el camino. Envidiamos su agilidad para remontar la montaña. Nosotros tardaríamos alguna hora en alcanzar, allá donde ellos llegan en tan solo unos minutos. Con su compromiso, seguimos subiendo, y llegamos al ibón. Y es...precioso.


La Princesa Mora dueña del estos lares apareció de noche...una tenue tela suave, brillante y plateada en la que se reflejaba la luz de la Luna rodeaba su cuerpo, y el brillo del agua hacía resaltar la cola de su vestido que se perdía por la superficie del ibón. Su pelo negro azabache pendía sobre su espalda. Su tez, morena de la luz nocturna de Selene enmarcaba dos almendrados ojos negros profundos y grandes. 

Se deslizó por la superficie calmada de las aguas, muy lentamente elevó su brazo y nos señaló, observando nuestras caras de incredulidad. Una blanca y destellante sonrisa mostró el collar de perlas que guardaban sus labios. Comprendimos entonces que la Princesa Mora y el ibón eran lo mismo...su belleza los delataba.

Preguntamos por su nombre:
- ...¿Fátima?¿Layla?...", me atreví a decir.
Chorche se alzó para poner su apuesta sobre la mesa :
-...¿Noor? ¿Yasmin?...
Y finalmente, Jaime, el más transgresor de los tres, más que preguntar, sentenció:
- ...¡Shakira!...

 La Princesa sólo nos respondió con otra sonrisa...paciente, calmada, cariñosa. Y fue entonces cuando habló a través del eco de su voz llevada por el viento:
- Pedisteis audiencia conmigo...aquí estoy. ¿Qué os trae por mis dominios?

Casi cegados por la luz fría de su figura, y con el tartamudeo propio de quien se siente ante una divinidad, me atreví a decir:
- Princesa, llevamos muchos meses buscando a Pyrene. Hemos subido cimas, hemos bajado barrancos, hemos buscado en los pueblos...en las gentes...en las leyendas...Hemos visto sus huellas, su vestido, sus zapatos, su aroma...Pero siempre llegamos tarde...Pensamos que tú podrías ayudarnos. Sabemos de tu gran amistad con ella

Super Luna, en el ibón de Basa de la Mora. Magia en pleno Pirineo
La Princesa Mora asintió entre coqueta  y curiosa, cubriendo su boca con su mano en un gesto de cierta timidez. Nuevamente, el brillo de la Luna se reflejó en su rostro, resaltando todavía más el blanco de su sonrisa y sus ojos.

- Pyrene sabe de vosotros. Sí, es mi gran amiga. Juntas teñimos de blanco en invierno estos valles, despertamos a las flores en primavera, tapizamos de ocre el bosque en otoño, y ofrecemos a los animales la luz del verano.
- Podrías darnos paradero de ella?, preguntó Chorche...
- Claro que sí...Pyrene está mucho más cerca de lo que creéis. Se siente halagada por vuestra búsqueda. Es su deseo que vuestra búsqueda no acabe...es una historia de amor platónico...de aquéllas que nunca acaban...de las que se hacen eternas...

Jaime, que en esto de las lides del amor no conoce aún nada debido a su corta edad, y tal vez preocupado por eso que acababa de oir de que Pyrene no quería que nuestra búsqueda acabase, interrumpió la conversación con tono cortante:
- Oye Shakira, necesitamos saber dónde está Pyrene. Toda búsqueda debe acabar en un sentido u otro...

Chorche y yo corrimos a cerrar la boca a un Jaime exultante, crecido...decidido...perturbador.
La Princesa Mora rió suavemente...el sonido rebotó en una pequeña cascada de agua, cristal y hielo cerca de nosotros. Se le iluminaron esos ojos negros. Lejos de molestarse, se acercó a Jaime, y muy cariñosamente, se sentó a su lado.
- Así que tú eres el pequeño Jaime, eh?
- Así que tú eres la princesa mora eh?
- Eres blanquito de piel y rubito...me gustas
- Tú eres morenita, pero a la vez brillas como la Luna...

Se paró el tiempo en aquel momento. Chorche y yo nos dimos cuenta en ese mismo instante dos almas acababan de encontrarse. El pequeño Jaime y la bella Princesa Mora.
- ¿Por qué no me dices tu nombre Princesa?, increpó infantilmente Jaime.
- Y tú...¿ por qué me llamas Shakira?, respondió la Princesa con un tono cariñosamente burlón.
- Es una cantante que me gusta mucho
- Entonces lo tomaré como un cumplido...

Chorche y yo no nos atrevimos a romper el encanto de un amistad que, con total seguridad,  llevará a Jaime a volver a este ibón en el futuro, recordando el día en que con su padre y su hermano, conoció a una de las leyendas del Pirineo.

La princesa cogió la mano de Jaime, y levantándose, nos señaló las cimas que rodean las aguas encantadas del lugar.
- Mirad...Pyrene está despertando

Amanecer en el ibón. Los primeros rayos de sol tocan las peñas
Los primeros rayos de sol iluminaban en fuego y oro la parte más alta de las peñas que teníamos enfrente.
- Ya ha abierto los ojos...todas las mañanas observa su reino, comenzando por las partes más altas mientras se despereza...

Pyrene estaba al Este de nuestra posición...La calidez de su mirada a través de una luz dorada enmascarada nos fue invadiendo poco a poco. Su belleza, indescriptible para un simple mortal. Durante unos minutos el silencio se adueñó de nuestros corazones. El ambiente onírico parecía más propio del reino de los sueños. Comprendimos, una vez más, la grandeza y la paz que nos guía a los montañeros cada vez que unimos nuestro destino a la vida de las cimas. 

Una piña cayó al suelo desde el viejo pino testigo casi inmóvil de los últimos decenios. Una joven, ágil y traviesa ardilla, nos despertó de ese moment. Volvimos a nuestro ser...nos miramos conscientes de que habíamos asistido al despertar de Pyrene, al amanecer más puro aislados en la alta montaña, pero...la Princesa Mora ya no estaba...simplemente, desapareció...

Miramos convulsivamente a nuestros lados, detrás nuestro...nada...
Finalmente, abracé por los hombros a mis dos cachorros, mientras miramos cómo las aguas del ibón abandonaban su quietud para mecer ligeramente la superficie. Era evidente que la Princesa Mora, tras regalarnos su presencia, volvía a sus aposentos.

Los grandes troncos son arrastrados al ibón
Allí, en la orilla del lago glaciar encantado, juntos los tres corazones montañeros, Chorche acertó a preguntar:
- Papá...¿Lo hemos soñado?
- No lo sé -contesté- pero nuestras ropas están mojadas...no llueve...no entiendo
Sólo mi hijo pequeño fue consciente de lo ocurrido:
- No es lluvia papá...es la bendición de la Princesa- dijo un Jaime convertido por momentos en un joven apuesto y valiente mientras se llevaba su mano a la mejilla, donde dos labios en forma de beso plateado confirmaban que efectivamente...no había sido un sueño.


domingo, 24 de agosto de 2014

NABATAS / NAVATAS

Los valientes nabateros, por el Cinca, con la Peña Montañesa vigilando

Nuestra búsqueda de la Princesa Pyrene nos llevó, allá por el mes de abril, a surcar las aguas aragonesas del Pirineo. Tras comprobar que su blanco velo desapareció en Benás momentos antes de nuestra llegada, decidimos acudir hasta L'Aínsa, villa en la que sabemos que Pyrene suele acudir durante las noches de primavera e invierno.
Necesitábamos un medio de transporte rápido, adaptado al medio, que nos permitiera llevar el grito de su nombre a todos aquellos rincones posibles. Nos decidimos por surcar las aguas de los bravos ríos de nuestras montañas. Hemos visitado ibones, formados a partir de las lágrimas de nuestra Princesa...pero siendo Pyrene un ser de agua como nuestra propia tierra, era necesario adentrarnos en los fríos caudales que ponen en contacto las cimas con el llano. Y para ello, optamos por las nabatas (navatas en castellano).

Nabata de dos trampos
Una nabata (en otros lugares les llaman almadías), es básicamente una embarcación realizada con troncos de madera. Su función no es el transporte de personas. La nabata se transporta a sí misma. Realmente, es la propia madera de la nabata la que es objeto de transporte desde las montañas hasta el llano, para su aprovechamiento industrial. Así es, los grandes troncos, en tiempos, no eran transportados a lomo de caballerías, ni en camiones...era el propio río el que las bajaba, incluso, hasta la ciudad de Zaragoza.

Sargas, cenciella y barreno
En L'Aínsa podéis encontrar una nabata de verdad barada en el castillo. Utilizo unas imágenes de la misma porque es la mejor forma de explicar sus elementos más importantes. Y un consejo, visitad la nabata en L'Aínsa. No sé de quién fue la idea, pero desde aquí le felicitamos.

Detalle de los nudos
Las nabatas aragonesas estaban compuestas de varios cuerpos (entre dos y cuatro, e incluso alguno más). Cada uno de estos cuerpos está formado por la unión de 10-15 troncos limpios (normalmente de pino). Os recuerdo que esa madera (los troncos) es lo que realmente se transporta. Estos cuerpos se denominan "trampos", y están unidas (o más bien, articuladas) a través de ramas flexibles que hacen las veces de cuerdas o cadenas. Estas ramas se llaman "sargas". Se formaban nudos con las parte más delgadas y flexibles de las sargas ("cenciellas")Y a su vez, las sargas venían sujetadas a través de un tronco más delgado que se suele conocer con el nombre de "barreno". 

Con el astral sujeto sobre el propio tronco, tal vez podáis observar mejor cómo los trampos están realmente articulados, más que unidos.

Para evitar que las alforjas (el poco equipaje que lleva la tripulación) se moje demasiado, dos pequeños troncos perpendiculares facilitan la altura suficiente para permitir a los valientes nabateros dejar a salvo sus cosas.
Uno de los remos
Por último, los remos (en ocasiones le llaman timón, pero no es propiamente eso, sino literalmente remos) que sirven para impulsar y dirigir la nabata. Los remos van sujetados en unos soportes de madera denominados "remeras".

Remera

Nabatas, las hemos visto Chorche, Jaime y yo en el río Aragón y en el río Cinca. Os dejo el vídeo en el que mis cachorros las descubrieron.


viernes, 25 de julio de 2014

FLOR DE NIEU, FLOR DE NIEVE O EDELWEISS


La Flor de Nieve, o Flor de nieu en aragonés, y más popularmente conocida como "edelweiss" es una bellísima planta que crece (no de manera muy frecuente) en las laderas alpinas de los Pirineos. Está protegida, debido a que durante mucho tiempo fue esquilmada por su belleza y rareza. Es realmente bonita, y aparece en grupos de dos a seis flores (más o menos, así las hemos encontrado nosotros), de un color blanco con algún pequeño tono amarillo o incluso verde, y una apariencia algodonosa debido a una pelusilla que surge sobre sus formas. Su nombre alemán (edelweiss) hace referencia a su brillante color blanco.


Buscando a Pyrene, nosotros la hemos encontrado normalmente por encima de los dos mil metros, entre los meses de julio y agosto. Repito: están protegidas y no se pueden recolectar!!! A veces se ven en algunos comercios se ven muchas de ellas enmarcadas, y puede dar la sensación de que no estén protegidas en España, pero sí lo está.


Tienen una altura (las que nosotros hemos tenido la suerte de observar en la montaña) que puede oscilar entre los 5 y los 15 centímetros. Y no aparece de forma aislada sino, como hemos dicho antes, en grupos de dos a seis flores. En total, no más de medio metro de longitud.

Llegados a la cima, Chorche, Jaime y yo observamos algunas de estas bellísimas flores. Yo ya las había alguna vez en algunas laderas altas y herbosas. Pero para mis chicos, fue la primera vez que la podían observar en vivo y en su hábitat. Les encantó. 

Un águila nos sobrevoló, un tanto sorprendida de ver a dos humanos cachorros y un adulto por aquellos lares. Nos preguntó:

- ¿Qué estáis haciendo tan alto y tan lejos?
- Estamos buscando a la princesa Pyrene, le contestamos

Tras sobrevolar un nuevo círculo en el aire sobre nuestras cabezas, el águila tomó tierra:

- Pyrene estuvo aquí...hace unas semanas
- La estamos buscando desde hace meses. Queremos encontrarla
- Sí. Conozco vuestra historia. Me la contaron hace unos meses en la cima de La Moleta...La princesa Pyrene estuvo en el valle de al lado, y se dejó sus zapatitos...
- Lo sabemos!! Vimos sus zapatitos de dama...
- Aquí sólo encontraréis algunos lugares en los que se sentó con su blanco vestido de lin, puntillas y encajes...parte de esa puntilla blanca tocó algunas flores, y en pocas semanas se convirtieron en Flores de nieu...


miércoles, 25 de junio de 2014

EL GIGANTE DE SALLENT / O CHIGÁN DE SALLENT


Buscamos a Pyrene desesperadamente. Hoy acudimos a preguntar a una de las figuras más importante en la historia de Sallent de Gállego, un auténtico gigante de nombre Fermín Arrudi. Nuestro gigante (chigán), nació hacia 1870. Parece ser que fue un bebé de tamaño normal, pero de repente hacia los 11 años más o menos, empezó a crecer, crecer, crecer...hasta llegar a la increíble altura de 2'29 con 25 años. Hay quien dice que llegó a medir 2'40. Fue el aragonés más alto del momento, y casi con seguridad el europeo más grandote.

Su formidable altura le permitió trabajar en Ferias y Exhibiciones por toda Europa, incluso en la Exposición Internacional de París de 1900. No era meramente fuerza bruta. En sus espectáculos tocaba intrumentos musicales (guitarra, laud, bandurria, flauta...) y cantaba jotas. Viajó y fue conocido por casi todo el mundo (Estados Unidos, Africa, Sudamérica, toda Europa...). Esta actividad le permitió ahorrar una pequeña fortuna que le dio para comprar casa en Sallent de Gállego y retirarse.

Famoso sobre todo por su enorme tamaño y su colosal fuerza son muchas las historias que, entre la leyenda y la realidad, se conocen de él. Y así, se cuenta que era más fuerte que un oso, que tenía la fuerza de cuatro hombres, etc.

Además parece ser que era una gran persona no sólo en el sentido físico, sino en el humano, ya que también es grande su fama como persona solidaria. Un 2 de mayo de 1913, con sólo 43 años, realizó su último viaje. Hoy nos queda el recuerdo de este personaje magnífico de Sallent, que podéis encontrar sonriente en la memoria de los lugareños, y en la estatua en el centro de la localidad. Allí nos dirigimos nosotros, a preguntas por la princesa Pyrene. Una sonrisa se dibujaba en su cara y con mucha amabilidad nos contestó: "¿Pyrene? Sí. Estuvo aquí hace poco. La acompañé cerca del Pazino, porque se había dejado uno de sus zapatitos de dama. Llegáis tarde..."
Seguiremos buscando a Pyrene.


domingo, 22 de junio de 2014

BORDAS DE GISTAIN / CHISTÉN

Gistaín / Chistén
Hace pocas semanas acudí al Valle de Chistau, donde pude visitar Plan, San Juan de Plan, Gistaín/Chistén y otras localidades del entorno. Me gustó mucho, porque hacía muchos años que no volvía por la zona. Obtuve mucha información sobre Casas, bordas, iglesias, costumbres ganaderas, etc para compartir con vosotros. Hoy me centro en un aspecto concreto: las bordas de Gistaín, Chistén e aragonés (no deja de ser curioso que su nombre en castellano venga de la grafía francesa; Chistén (aragonés) en francés, se escribiría más o menos Gistain, para que sonara parecido. En español, en lugar de utilizar la forma aragonesa, optó por la francesa. 


Borda del núcleo, con la fachada arreglada y parte del hastial con maderos perpendiculares de madera para facilitar la ventilación.
Borda del núcleo. Tejado a dos aguas (esta vez con uralita), y parte del hastial cerrado con madera. Pequeña ventana para facilitar la ventilación.
Pero vayamos a lo que vamos. Buscamos a Pyrene en el Valle de Chistau, y más concretamente en las bordas de Chistén. Se caracterizan (en general) por disponer de una planta rectangular, siendo sus gruesos muros de mampostería irregular. Suelen disponer de dos pisos, la planta baja destinada para el ganado, y la planta alta para poder guardar la hierba, el heno, etc. La entreplanta es de madera, y el acceso a la planta de arriba puede realizarse de dos maneras: o bien a través de escalera interna o (lo más frecuente que yo he visto) aprovechando la irregularidad del terreno, de manera que los dos frontales de la borda se sitúan teniendo en cuenta la pendiente del terreno, y así por una parte la borda dispone de dos alturas, y por el otro sólo una (al ras de la calle, donde se sitúa una puerta y normalmente encima de ésta un ventanal para poder subir la hierba con menor esfuerzo). No obstante en algunas bordas, uno existe dicha pendiente del terreno.

Borda fuera del núcleo, aprovechando desnivel del terreno. Tejado de losa de pizarra

Borda del núcleo, dos alturas por uno de los lados. Muros de mampostería.
Los tejados, a dos aguas, tradicionalmente cubiertos con losa de pizarra, si bien las posteriores obras de mejora y restauración de estas construcciones ya han cambiado ese material por uralitas, metal u otro tipo de tejas. En otros tiempos anteriores es posible la utilización de paja en los tejados, tal y como me comenta una persona mayor del pueblo.
Borda en núcleo. Tejado a dos aguas. Achaflanamiento formado el faldón triangular. 
Bordas en el núcleo de Gistain
Suele ser muy frecuente encontrar uno o los dos lados del tejado sobre las puertas de entrada achaflanado, formando un faldón triangular, que mejora la protección frente a nieve y lluvia en las mismas.


Borda fuera del núcleo, con tejado a dos aguas, y frontal achaflanado. Tejado de losa de pizarra. Mampostería
Borda de fuera del núcleo. Mamposería irregular, tejado a dos aguas, faldón triangular y hastial con listones de madera junto a pequeña ventana de ventilación

En algunos casos, según la altura y la ubicación de la borda en Gistain, encontramos la parte superior de la última planta con un material diferente a la mampostería. En unos casos puede ser con vigas de madera unidas entre sí con cal y arena, o bien con tablones perpendiculares de madera. Seguramente, para mejorar la ventilación de la hierba.
Pilares de madera entre los cuales se coloca cal y arena
En alguna borda del núcleo de Gistain, se puede apreciar alguna lucana. Y en otras fuera de éste, se observan pequeñas construcciones auxiliares a su lado (pequeñas casetas)


Borda fuera del núcleo, con caseta auxiliar



lunes, 16 de junio de 2014

ANSILS (ANCILES) Segunda parte

La iglesia de Anciles está dedicada a San Pedro. Destacan dos elementos en ella, en primer lugar su ábside románico (posteriormente el edificio fue muy reformado). La torre es esbelta, con un remate realmente bonito. Parece que se compone de tres cuerpos. La torre dispone de un pórtico en su base.



Portada de Casa Sastre con el escudo de los Santamaría.


Detalle de un dintel sobre la ventana.


Arco de paso, contrafuertes, y lucera.

Impresionante obra de la techumbre, donde las vigas de madera han sido colocadas con un trabajo casi milimétrico. Impresionante la altura.

Detalle de la puerta, donde se han reflejado símbolos solares, como es la estrella de ocho puntas. Las calles de Anciles, con el canal para guiar el agua de lluvia y de la nieve.



Casa Sort, con el escudo de los Cornel en su portada. Atención a los muros de mapostería, detalles de las ventanas y amago de torre fuerte.





Elegante alero, y fachadas con ventanales trabajados junto a reja en Casa Sort.